A cualquier espacio podemos cambiarle su apariencia por medio de la luz, sin alterar nada más. La luz nos dirige la mirada y maneja nuestra percepción hacia los detalles que lo componen. Es más, a través de la luz podemos alterar la distribución del espacio, acentuar unas áreas sobre otras o conectar ambientes entre sí. La distribución que hagamos de la luz y su nivel tiene una influencia decisiva en la percepción que tendremos del espacio y del ambiente resultante.
Una buena planificación del trabajo sobre la luz facilitará la comodidad, la funcionalidad (ejem. zonas de transito), el impacto visual (superficies de exposición) o la alerta en áreas de trabajo. Una de las herramientas más potentes con las que contamos a la hora de realizar una decoración va a ser el estudio que hagamos de la iluminación. La posibilidad de crear islas visuales para acentuar elementos relevantes, crear jerarquías de luz para mejorar la percepción y también la dirección de la mirada, o también podemos trabajar sobre el color para incrementar el contraste y acentuar las distintas zonas.
La iluminación diferenciada por zonas funcionales distribuye el espacio y mejora la orientación, al igual que, con luz muy puntual de fuerte contraste segmentamos el espacio liberando las zonas en sombra respecto de su contexto. Para superficies grandes, cuando creamos una iluminación muy uniforme y sin distribución se antojan monótonas. Una iluminación insuficiente general es un buen punto de partida para realizar acentos de luz. Sin embargo, con la domótica podemos crear diferentes posibilidades de iluminación o escenarios, para adaptar las zonas funcionales a usos diferentes.
Proyección.
La proyección sirve para la reproducción de signos, dibujos o imágenes mediante gobos o lentes estructuradas para obtener efectos luminosos, así como para crear contornos de gran nitidez. Genera un plano de información adicional y establece un elemento de atracción de las miradas.
Acentuación.
La acentuación enfatiza objetos o elementos arquitectónicos mediante conos de luz intensivos. Los puntos claros en un entorno oscuro suscitan atención. Separan lo importante de lo trivial y sitúan objetos visualmente en el primer plano.
Bañado.
El bañado ilumina con conos de luz extensivos objetos de gran tamaño o zonas del espacio. En comparación con la acentuación, transmite una sensación de amplitud.
Bañado de paredes.
La iluminación vertical define y estructura situaciones espaciales. Contribuye decisivamente a la impresión de luminosidad de espacios, y apoya las tareas visuales en la vertical.
Iluminación básica.
La iluminación básica con distribución luminosa extensiva posibilita la orientación y la percepción en el plano horizontal. Ya sea como iluminación directa o indirecta, genera una luz dirigida o difusa, respectivamente, a fin de iluminar superficies de trabajo o de tránsito.
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